A veces el motor de mis impulsos
no dejaba de ser más que la espera.
Quería secuestrar las horas
y acelerar el tiempo
hasta que llegase el instante
y acelerar el tiempo
hasta que llegase el instante
de sentirme atrapada en tu retina,
en la seguridad de la esperanza
que sorbía de tus labios poquito a poco.
A veces esperaba tu presencia
como un velero necesita del viento,
como el arco iris necesita la lluvia,
como un viajero esperando en el anden.
como el arco iris necesita la lluvia,
como un viajero esperando en el anden.
Así te esperaba yo con todo el afán
y la fiereza de las tortugas pequeñas
en busca del mar como salvación.
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