no era necesaria en esos momentos.
No necesitaba ocultar el bermellón en mis pómulos,
los pequeños cortes en mis labios,
la sombra marrón oscura en uno de mis ojos,
las lágrimas, la inflamación.
Tan sólo una vez vi esa cara,
que ya no es la mía, en el espejo.
Luego cubrí todos
como oculté los gritos.
como oculté los gritos.
Oculte las punzadas en las cienes
cuando la fiebre de celos te atacaba,
cuando la fiebre de celos te atacaba,
los temblores al llegar tu maldito silencio,
el pánico cada vez que levantabas la mano
para "acariciarme"
¡y me ponía la máscara de la buena esposa
que tú me obligaste a usar!
¡pero basta ya!¡nunca más!
La imagen formó parte de la exposición Grito de mujer durante el Festival Internacional de Arte y Poesía. Más información aquí.
La imagen formó parte de la exposición Grito de mujer durante el Festival Internacional de Arte y Poesía. Más información aquí.
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