Siempre he querido pensar que mi novio Ariel fue el primero
en mi vida. Siempre he querido pensar que esa primera vez, en que estuvimos a
solas y dejamos que nuestra pasión nos dominara, fue mi primera experiencia
sexual.
Quedamos en vernos en su casa cuando su madre se hubiera
marchado a hacer compras. Aunque no lo
habíamos hablado, ambos sabíamos que esa sería nuestra primera vez.
Ese día tomé un baño, en vez de una ducha. Dejé que el agua
caliente llenara casi completamente la bañera. Usé unas sales olorosas que mi
madre tenía para ocasiones especiales. Me sumergí en el agua con la intención
de quitar cualquier tipo de olor ajeno a mí,
cualquier tipo de impureza... Quería sentirme limpia y nueva para Ariel.
Durante unos largos segundos permanecí sumergida hasta que mis pulmones
consumieron todo el aire que tenia de reserva. Emergí del agua sintiendo una
fuerza y una emoción desconocida.
El otoño está en su apogeo y nos
anuncia el cambio, la transformación de todo, incluso de nosotros mismos. El
otoño nos recuerda lo que tuvimos en el verano, y nos anuncia que
esos días calurosos y llenos de luz se han acabado por el momento. Es
testigo y nos adelanta lo que luego vendrá. Es una estación en la que ni
adoramos al sol, ni nos azota la total oscuridad, ni el frió del
crudo invierno. Es época de eclipses y fenómenos asociados.
Según el Instituto Geográfico
Nacional de España, este otoño Júpiter será visible casi toda la noche desde el
anochecer y mañana 1 de diciembre se producirá su máximo acercamiento anual a
la Tierra. Venus será visible al amanecer y su amado Marte al atardecer. ¿Acaso
alguna vez se encontrarán nuevamente los antiguos enamorados?
El día más triste de mi vida
Éste será para mí el día más triste de mi vida.
Tener que separarme de ti será motivo de mi nostalgia, pero hemos de decir adiós porque aunque absurdo, lo nuestro no debe continuar…
Éste será el día más doloroso después de tu partida, porque con ella te llevarás la mitad de mi corazón y de mi vida… Será el día más largo de mi existencia, puesto que en las horas restantes mi mente se dedicará a recordar los momentos compartidos, y repetiré insistentemente tu nombre aunque me duela.
Serán los primeros días oscuros porque la luz de tu sonrisa se alejará de mis ojos llenos de melancolía, ansiosos de ver los tuyos y que quizás nunca más verán.
Pediré a gritos tu mirada, tu presencia. Sé que te lloraré durante interminables momentos.
Y le diré a los pliegues de mi almohada lo mucho que te extraño y cuanto te quiero. Pero ni ella y mucho menos tú, me podrán escuchar… ni responder…Me quedaré inmóvil, solo y tú no estarás ahí para mover mi universo.
¿Por qué tenemos que decir adiós?
No lo sé, y tal vez no lo sabré jamás. Lo único que puedo asegurar es que hoy, precisamente hoy…será el día más triste, largo y doloroso de mi vida...Lo más hermoso es que siempre te amaré…
Cesar Antonio Becerra Rivas
Gracias amigo Cesar Antonio Becerra Rivas por compartir este emotivo poema en esta edición de otoño.
¿Por qué
todos le temen a la muerte? ¿Porque hay quien preferiría vivir en agonía que
morir? ¿Por qué hay quien dice" prefiero cualquier cosa antes que
morir" o "lo que importa es vivir"? Creo que la muerte es algo
que todos tenemos asegurados y llegará a nosotros cuando sea su momento. Es un
proceso natural que sobreviene cuando el cuerpo se deteriora producto del
envejecimiento o por enfermedad. Sin embargo está comprobado que la vida
continua aun cuando partes de nuestro cuerpo muere. Nuestro cerebro es quien
predomina.
Pues la
muerte ha sido motivo recurrente en algunos de mis sueños, pero no le temo. No
temo a la muerte, pero si temo la forma en que esta podría llegar. Lo peor que
puede pasarle a alguien es además de vivir mal, morir mal. Las muertes violentas
son penosas y traumáticas. Le temo a la violencia, a los accidentes, al dolor
que llevan al final de la vida.
Temo a la
muerte porque ella me privaría de ver los amaneceres en la playa o bañarme bajo
una lluvia de verano en La Habana. Temo a la muerte porque no podría ver a mis
sobrinos crecer o compartir con mi familia. Temo a la muerte porque podría
arrebatarme a alguno de los que quiero. Temo no poder saborear un rico café en
la mañana y sentir que me lleno de energía para disfrutar de buena compañía.
Temo que sufran los que me quieren y aprecian. Temo el irme sin dejar huellas.
Temo el olvido y a la indiferencia. Temo la soledad.
Algunas
veces he soñado con la muerte, con mi muerte, sin embargo esto no me ha causado
ningún sobresalto, ni angustia.
Soñar con su propia muerte, significa según las fuentes que he consultado, que se está en una fase de transición en su vida. Se está convirtiendo en una persona más espiritual. También se está intentando desesperadamente escapar de las exigencias de su vida.
Quizás
deba pensar un poco en esta interpretación ¿Pero se ajustará a mi realidad? ¿Chi
lo sa? Solo yo tengo la respuesta.
No te enamores Musitabas, me mirabas Acariciabas, no fingías No te enamores Repetías mientras con la vista me comías. No te enamores Me pedías, recordabas Mientras mi calor sentías. No te enamores Decías mientras mi cadencia seguías Mientras nuestra pasión Con ardor resumías. No te enamores. Recordabas a cada instante Con honestidad aplastante. No te enamores. Aconsejabas mientras Mi día alegrabas. Y con tus abrazos, tus besos Mi amor reclamabas. Me enamoras Si estas y te siento. Me enamoras Si escucho tu voz querida Me enamoras Con tu pasión desmedida Me enamoras Y con tus palabras ardientes, Me seduces. No te enamores. No te enamores. No lo repitas más. Pues sera como quieras.
Y de Repente el Amor
De repente, llegaste a mi como ráfaga de viento, arrasando con mi razón y mi sentimientos. Y como ladrón de guante fino, arrebataste mi tesoro divino. Al desnudo me quede expuesta sin miramientos, al dolor y al placer de querer y no tenerte. Mas al no poder vivir en comunión con amor y con placer, desfallece todo mi ser. Pues es una desilusión saber que amar con devoción, innegablemente no puedes.
El domingo es el día en que todos podemos entregar amor, recibir amor y respirar amor sin interrupciones, sin prisas. Hoy voy hacer feliz a alguien, hoy trataré de apoyar a quien me necesite, hoy le recordaré mi amor a todos los que me quieren y a los que no; hoy será día de celebrar que una vida llena de amor verdadero es una vida fructífera. Feliz domingo de amor! Feliz semana!
Y si llegaras a besarme, el tiempo se haría eterno. Mis voluptuosos labios sobre los tuyos, saboreando, exprimiéndolos Nuestras bocas se sellarían y mi lengua atrevida te exploraría ansiosa de sentirte. Sería un beso largo, intenso, violento y tierno a la vez. Y mi cuerpo al contacto, no ofrecería ninguna resistencia. Se acoplaría a ti de tal forma que nos preguntaríamos como hemos podido vivir antes separados.
Creo que los nombres marcan la vida de la gente de una forma
o de otra.
Los chinos por ejemplo no usarían el nombre de otra persona
para nombrar a su bebe recién nacido.
Dos personas chinas podrían tener el mismo nombre por pura
casualidad. Ellos usan nombres de la
naturaleza para nombrar a sus hijos. Según la característica física, la
cualidad siempre positiva que quieren que su hijo o hija posea, ellos escogen
nombres de fenómenos y cosas de la naturaleza. Por ejemplo, Lian la grácil sauce, Li fortaleza, belleza,
Tian cielo.
Mi nombre es Ludmila. Nací un soleado día 14 noviembre a las
12:30 del mediodía. Doce horas sufrió mi madre para tenerme. Los dolores le
empezaron un poco antes de la media noche del día 13. Debido al malestar, mi madre no estaba tranquila y tenía sus cosas
listas por si el momento del parto se presentaba. Mientras esperaba descansando, tomó una revista rusa
que había en casa y leyendo vio el
nombre Ludmila. Le gustó y decidió que
era más bonito y original que el de Angélica
que era el que pensaba ponerme. Menos mal porque de Angélica no tengo nada.
Los dolores se hicieron intensos así que le llevaron al
hospital materno y allí tras doce horas de dolor intenso en que mi adolescente madre llegó a sentirse
tan mal que según sus propias palabras, se habría tirado por una ventana de no
haber cristales cerrados, nací yo.
Desde que nací mi madre me llamó Ludmila y les comentó a
todos. Como el nombre era largo, comenzaron a llamarme Ludmi. Mi padre no dijo nada con respecto a mi
nombre. Creo que en un principio no le gustaba porque aprovechando que debía
inscribirme me puso de primero el nombre de una antigua novia o amiga suya. Parece que
esta dejó huellas en mi padre, aunque nunca me dijo nada. Esta es la versión de
mi madre.
Ludmila es uno de los pocos nombres eslavos que se mantienen
en la actualidad. Significa "la más querida" o "La más querida
del pueblo" Este nombre a marcado
mi vida y la ha llenado de amor siempre. Soy una persona sensible enamorada del amor y de la vida. Ludmila es mi segundo nombre. Soy como esa orquídea, exótica y delicada que necesita cuidados, mimos especiales y mucho amor para alimentar mi espíritu. He sido siempre muy querida y cuando me falta amor es como, si me faltara el aire que respiro. Mi primer nombre me
ha proporcionado la fuerza de una torre, y fe en mi misma para enfrentar cualquier
adversidad.
Porque nunca cesaré de perseguir mis sueños
Porque mis sentimientos ya jamás tendrán dueños
Seguiré hacia delante creando camino
En mis manos está
cambiar mi destino
No desfalleceré persiguiendo arco íris
Tampoco dejaré de cazar las mariposas
Intentaré otra vez
buscar entre las rosas
Comenzar de nuevo y alcanzar el cielo
Luz que ilumina mi viaje
Unida al cariño y al mimo
Dame fuerza para crear
Mejor mi fortuna
Imprégname de alegría
Libérame del desaliento
Aliméntame de gloria
Lumy Quint
Y aquí os dejo con una canción por el magnifico Jimmy Hendrix. Yo he tenido un magnifico día lleno de amor . ¡Feliz semana!
Y noviembre llegó trayendo consigo las lluvias, el frío y la oscuridad. Los días se vuelven más cortos y las noches son mas largas. El cambio nuestro cuerpo azota, la melancolía y la añoranza por días soleados nos embarga. Más algo en nuestro interior hace que brillemos con luz propia, que resurja de las cenizas ese fuego abrazador que nos permite continuar viviendo: nuestra pasión.
Déjame
Déjame entrar en tu mundo de sueños
Déjame recorrer tu camino fortuito
de caballero con lanza de acero.
Déjame devorarte de poquito a poquito,
quiero beber tu esencia y tus zumos,
entregar mi sentido a tus excesos.
Déjame ya pintarte con mis besos,
recorrer tu cuerpo hasta el infinito
conquistarlo, rasgar con mis manos
Déjame estrujar con fuerza todos tus deseos.
Deseo
Pienso en ti cada noche...
Pienso en ti cada día...
Pienso en ti a todas horas...
Te busco dentro de mi más profundo y ardiente deseo.
Trato de encontrarte en el espasmo de mis caderas. Registro en mi corazón acelerado,
–Por fin me voy de esta pocilga –pensó Ramón mientras esperaba que la verja de la cárcel donde había permanecido los dos últimos años se abriera. Con la mano derecha, subió la cremallera de la chupa de cuero marrón, mientras con la otra sostenía sus escasas pertenencias: un chándal descolorido, dos camisetas y un libro con la cubierta manchada por el tabaco que sobre ella había liado. El libro había sido un regalo de su madre, pero ella no se enfadaría porque no lo hubiese leído. Pronto haría un año de su fallecimiento a causa de un atragantamiento con una nuez. Ramón adoraba los frutos secos, en especial los cacahuetes, pero un día en casa de su cuñada Marta, se atoró. Ella sin titubear evitó que se asfixiara con sus primeros auxilios . Y ahí fue cuando se "enamoró" de ella. Aún mareado, percibió el roce de sus duros pechos cuyos pezones se irguieron desafiantes ante tan inesperado estímulo. Nunca olvidaría el "beso" que ella le dio para salvarlo. Marta dijo que era reanimación boca a boca, pero él tenía la certeza de que ella estaba loca por él. Por eso, el sábado siguiente la visitó para agradecerle que le hubiera salvado la vida. Marta estaba sola. Ese fin de semana sus niños lo pasaban con el padre y no se extrañó al verlo por su casa. Varias veces a la semana desde que su hermana María Jesús había enfermado con depresión, Ramón pasaba a recoger la comida que ella cocinaba para ellos dos. Él la observaba mientras colocaba la comida en recipientes; parecía como si revolviera el aire con el movimiento de sus amplias caderas. No era una belleza, pero su prieto cuerpo inspiraba en él sentimientos desconocidos. Su vestido primaveral entallaba bien y dejaba ver unas curvas de escándalo. El escote permitía ver el nacimiento de unos pechos como pomelos, y él contuvo el aliento recordando aquel perturbador toque contra su pecho. Caminó unos pasos hacia ella y le dijo: –Maaarta...–tartamudeó– yoo quería darte las gracias... El deje nervioso de la voz la sacó de su tarea y su instinto le ordenó que se apartara un poco para verle a la cara . Pero ya era tarde, en apenas unos segundos Ramón había acortado la distancia que los separaba y sin más, la agarró por la cintura buscando sus labios. La mujer se revolvió tratando de zafarse mientras le gritaba que parara, mas en su esfuerzo tropezó con la esquina de la mesa y cayeron los dos. Sintió un dolor intenso con el peso del hombre sobre ella y la cabeza le comenzó a dar vueltas. Intentó arañarle la cara y sólo alcanzó su brazo derecho. Él se impuso con su corpulento cuerpo haciendo presión sobre el pecho de ella a quien le costaba respirar. Casi sin fuerzas, con un quejido de dolor ella le pidió: –Déjame, por favor. Las lágrimas ahogaron sus palabras. Sólo podía oír la respiración de Ramón y ver como su cara enrojecida se alargaba, se deformaba hasta desaparecer. Luego lo único que vio fue oscuridad. Unas horas más tarde despertó sola y tendida sobre las frías losas de la cocina a oscuras. A pesar del dolor en todo su cuerpo, consiguió incorporarse y entonces recordó. Caminó hasta el teléfono en la pared y marcó el número de la policía. Ramón recordó cuando llamaron a su puerta. María Jesús ni siquiera salió de la habitación, así que tuvo que abrir. Era la pasma. Tres uniformados entraron en la vivienda y dijeron que Marta le había acusado de violación. La rabia le llevó a pegar un puñetazo en la mesa. Trató de salir corriendo, pero le cerraron el paso. ¿Cómo podía haberle acusado? Si ella lo provocó todo, declaró cuando le llevaron detenido. Tras un juicio rápido fue sentenciado a dos años de cárcel. Durante su internamiento recibió pocas visitas, tan sólo su madre lo visitó el primer año. Su mujer nunca fue a verlo. Él imaginaba que estaría enfadada por lo sucedido con su hermana. Ahora ya estaba libre nuevamente y necesitaba volver a su casa, no tenía otro lugar a donde ir. La parada del autobús estaba cerca y este llegó quince minutos más tarde. Mientras pagaba escudriñó el interior del autobús, el agradable olor de la vida fuera le acarició el rostro al caminar hacia el interior. Junto a la ventanilla encontró un asiento vacío, y evitó mirar a la chica que tras él ocupó el asiento su lado. Media hora más tarde llegaba a su barrio. No deseaba ver a nadie, por eso cruzó la calle de prisa, pero ni una persona volvió la vista para mirarlo; todos parecían apurados. En un edificio con paredes ennegrecidas, entró al portal. En el buzón abarrotado, su nombre aún aparecía junto al de su esposa, pero no tenía la llave, ni la de su vivienda. Con algo de agilidad, subió las escaleras de dos en dos. No había felpudo delante de la puerta. A María Jesús nunca le gustaron. Siempre decía que acumulaban polvo en vez de limpiar los zapatos. La puerta estaba cubierta de mugre y el timbre camuflado, no parecía funcionar. Ya estaba roto cuando él vivía allí. Tocó a la puerta con los nudillos, suave al inicio, fuerte más tarde. –Ésta...no me quiere abrir... ¡María, abre la puerta! ¡Soy yo! No hubo respuesta. Comenzó a aporrear la puerta hasta que muy enfadado le pegó una patada a la altura de la cerradura y esta cedió. La estancia estaba en completa oscuridad. Poco a poco su vista se acostumbró y encendió una luz mortecina que iluminó la estancia. Todo estaba como antes. El mueble del salón con las fotos familiares junto a la colección de muñecas de porcelana de su mujer, permanecía cubierto de polvo excepto la televisión que resguardada bajo una tela amarillenta, otrora blanca, hacía juego con el viejo y desvencijado sofá. En la mesita de centro los periódicos se amontonaban y en el suelo era evidente la falta de limpieza. Pero lo peor era el hedor y la humedad. Mientras recorría con la mirada los objetos tan familiares sentía un olor asfixiante. –¿Pero qué pasa aquí? ¿Desde cuándo no limpia esta mujer? Aquí apesta –dijo Ramón mientras caminaba por el pasillo hasta la cocina. No había comido nada desde la mañana. En la cárcel les daban de comer temprano. Para ventilar abrió la única ventana de la cocina que daba a un patio interior. No había mucha claridad. El frigo estaba vacío y apagado. Su mujer quizás habría ido a vivir con su hermana, pensó. Sensaciones de agobio y doloroso vacío se apoderaron de su estomago, así que engulló el contenido de una lata de bonito y otra de aceitunas encontradas en los armarios, y bebió un poco de agua del grifo. Gracias a la comida de su cuñada, su mujer no había muerto de hambre. Desde que enfermó, ni cocinaba, ni comía por voluntad propia. Marta y él se turnaban para alimentarla. En los días de hambre que había pasado en la cárcel, si no se llenaba la tripa, cosa muy habitual, dormía una siesta en su celda. Era una costumbre que siempre había tenido; dormir la siesta. De vuelta por el claustrofóbico pasillo hasta el salón, a la derecha tomó otro pasillo más corto en dirección a las dos habitaciones del piso. La primera era la matrimonial; su habitación. Al abrir la puerta el hedor a humedad y podredumbre se hizo más intenso. Estaba en penumbras, algo de luz entraba por el cristal de la ventana a través de la persiana entrecerrada. Acercándose a la cama, le pareció ver un bulto y pensó que sería alguna de las incontables muñecas que su mujer llegó a poseer. No sabía por qué, pero estaba algo mareado.. Se recostó, las sábanas frías lo envolvieron, y el colchón maltrecho protestó ante su peso. Estaba cansado, muy cansado, tumbado boca arriba miraba hacia el techo, sus pupilas dilatadas en la penumbra, no podía moverse y comenzó a respirar con agitación. De pronto sintió frío y con dificultad se giró buscando la manta. El frío se intensificaba a medida que se giraba hacia su izquierda, y comenzó a temblar, su corazón palpitaba con intensidad mientras tiraba de la manta. Poco a poco se tapó, pero no paraba de tiritar. Al tirar de la manta, descubría lentamente la muñeca a su lado, sus ojos se abrieron redondos. El olor se hizo insoportable y se volvió como loco, le costaba respirar. Un dolor intenso le recorrió el brazo hasta su pecho, intentó gritar, pero las palabras no le salieron. Poco a poco un aire helador le cubrió. La manta continuó deslizándose lentamente, dejando al descubierto el cadáver momificado de su esposa que parecía observarle fijamente.
Hace poco me encontré con un antiguo compañero de trabajo y tras los sabidos saludos, me hizo la pregunta de rigor, "¿Y te has casado o estas soltera? Le respondí que llevo 14 años casada y pareció sorprendido. Mi amigo imaginaba que estaría separada o divorciada. Él estaba divorciado hacia unos años y ahora en otra relación. Poco le faltó a mi amigo preguntarme cual era secreto para que mi relación siguiera funcionando.
En esta vida moderna llena de stress, problemas económicos y laborales, la relación de pareja puede complicarse también. Mantenerla por muchos años, es todo un logro.
En la actualidad tanto el hombre como la mujer trabajan fuera de casa, así que las parejas comparten unas pocas horas al día. Mantener una rutina diaria que permita a la pareja compartir momentos de diversión y relax, y de responsabilidad mutua también.
Why does summer have to end? Why does
autumn have to start? Why do colorful birds fly away only leaving a trail of
dark feathers and bare trees? Why does it rain so much? Why is everything
so though? Why is it so cold
that I shiver? Why does thinking of you make me sad and quiver? Why is
all I see darkness and macabre scenery? Why do I "ponder weak and weary over" your spirit maladies? Why did we meet so late? Why couldn't you
wait? Why couldn't you just stay?